Por Ileana Pérez Rosario
La Tertulia 49 Nos miramos, reímos, nos fotografiamos; volvimos a mirarnos y luego reímos a carcajadas. En un instante, nuestras miradas se volvieron a encontrar mientras se detenía el tiempo, como si fuera la última vez. Caminábamos de la mano, algo que no suele pasar muy a menudo. Llegamos a nuestro auto, salimos de City Walk con el deseo de seguir rumbeando. Luego de haber colectado un par de tragos, ¡a quien no le sube la bilirrubina (como decía Juan Luis Guerra)!. A la misma vez las dos en voz alta proclamábamos: “Deberíamos ir a Pulse”. El anuncio decía: “¡Una noche latina, de salsa, merengue, bachata y reggaetón!” La última vez que habíamos ido la pasamos espectacular.
Llegamos. Me estacioné. Nos bajamos, pero en un abrir y cerrar de ojos estábamos en nuestro nido.
(Until this day I still don’t know why I drove to my apartment instead of Pulse) Around 12:45 p.m. I started laughing. It was a contagious laugh since you also responded the same way. And I told you: “Wow, we’re really getting old! Look what time it is! And we are going to bed!”. In the past, midnight was just the beginning. That night we lived, laughed and loved, like no other. We cuddled and fell asleep on each other’s arms.
Awakening to the tragedy of June 12th, 2016. ‘Orlando nightclub Mass Shooting” was the headlines everywhere. My mind was blown away.
No podía creer lo que había sucedido esa noche. Tuve varios días, when I was by myself, and suddenly I started crying and thinking: “What if we were there last night?". ¿Qué hubiera hecho? ¿A dónde hubiésemos corrido? ¿Por dónde nos hubiéramos escapado?. Me hacía tantas preguntas que mi mente parecía un enjambre de abejas. En un momento dado, visualicé que nosotras estábamos en una esquina sobre un río de sangre, mientras se escuchaba el sonido del pop, pop, pop! Intentábamos sobrevivir; intentábamos escapar. Te miré a la cara y vi en tus ojos lo aterrada que estabas. Luego otro pop, pop, pop!, y fue cuando te vi caer al suelo junto a mí. Quería gritar, quería abrazarte, quería protegerte, pero aquella bala me alcanzó primero a mí, dejando mi cerebro en un shock, sin moverme. Había observado lo más horrible en esta vida. Desde ese momento, miro a tus ojos como si fuera la última vez. Todavía hoy me pregunto qué tal si hubiésemos estado presente esa noche.
0 Comments
Leave a Reply. |
La Tertulia 49Photo by Rawpixel on Unsplash Categories
All
ArchivesEnlaces |